lunes, 30 de septiembre de 2013

Contracturas

En este post seguro que muchos de vosotros (por no decir todos) os vais a sentir identificados. Y es que ¿quién no ha sentido alguna vez ese dolor agudo en el cuello que parece atravesarte el músculo? ¿Quién no ha notado un "nudo", "bolita" o "mordisco" en alguna parte de nuestra espalda? Esa es la molestia que se siente cuando se padece una contractura

foto: tumedico.com


¿Qué es una contractura?
Técnicamente, se define como una "contracción involuntaria, duradera o permanente, de uno o más grupos musculares". Para que lo entendáis mejor, todos los músculos del cuerpo tienen una cierta tensión, que les permite mantenernos en pie y realizar los movimientos. Los músculos funcionan contrayéndose o relajándose, es decir, estirando y encogiendo. Cuando la musculatura se tensa durante mucho tiempo y no consigue llegar a la relajación (por diversas causas que ahora veremos), se forma la contractura.

Existe una fase previa a la contractura, la llamada sobrecarga: consiste en una banda tensa en la que el "nudo" todavía no se ha formado pero el músculo comienza a tener una cierta tensión anormal.

¿Qué causas la producen?
Las causas pueden ser muy diversas: un aumento de tensión, una postura mantenida durante mucho tiempo, un golpe (por ejemplo, un accidente de trafico) o un encamamiento...

En una contractura, ¿los músculos se "montan"?
Esta es una de las ideas erróneas que muchos pacientes tienen. En realidad NO es así: las fibras musculares son como un montón de hilos y cuando se tensan y no llegan a relajarse podríamos decir que se anudan. Es debido a ello que desde fuera se notan al tacto bultos en la zona afectada, e incluso, en las contracturas más acentuadas, podemos llegar a apreciarlos con la vista. 

¿Cómo se tratan?
Se puede relajar la musculatura bien con medicación o mediante tratamientos de fisioterapia combinados con terapias manuales y sonoterapia. Esta opción sirve para "desenredar" las fibras del músculo; podríamos compararlo con el cepillo que utilizamos para deshacer los enredos del pelo.  El tratamiento es similar tanto para la sobrecarga como para la contractura pero el tiempo de recuperación variará dependiendo de si la contractura está establecida o no y del tiempo de evolución desde que se formó

Normalmente, las contracturas derivadas de posturas suelen tener tendencia a cronificarse, con lo que su eliminación suele ser larga, llegando a quedarse en fase dormida y a activarse puntualmente, en función de si repetimos el agente que la desencadena.

¿Cómo se pueden prevenir?
Para evitar la aparición de contracturas o disminuir la intensidad de éstas es recomendable seguir los siguientes consejos:
Cualquier duda, recordad que podéis hacérmela llegar a través del apartado de comentarios de este blog, al correo getsemaniubeda@gmail.com, o bien a través de Facebook (Fisioterapia Getsemaní Úbeda) o Twitter (FisioGetsemani)

¡Feliz semana!


viernes, 6 de septiembre de 2013

Vuelta a la actividad física

Bienvenidos de nuevo, después del necesario parón estival, a este espacio donde intento daros consejos para cuidar vuestro cuerpo y resolver vuestras dudas. ¡Volvemos con las pilas cargadas!

foto:gatorade.es
Tras unas semanas de descanso, relajación y desconexión toca volver a las tareas, el estrés, los horarios ajustados y las obligaciones. A nuestro ánimo le cuesta hacerse a la idea de retomar la actividad de antes del verano. Pero no es el único:también nuestro cuerpo necesita un proceso para volver a la rutina pre-vacacional. 

En la televisión, seguro que habéis visto cómo todos los deportistas de élite (equipos de fútbol, de baloncesto, etc) realizan una pretemporada tras las vacaciones de verano. Esa periodo antes de comenzar la temporada de competición oficial sirve para comenzar la puesta en marcha de su cuerpo al trabajo que realiza. Es en esta época cuando las primeras lesiones hacen su aparición, algo habitual debido a los sobreesfuerzos y a que la musculatura, en cierto modo, está debilitada. 

Tras un tiempo sin hacer ejercicio (por ejemplo, después del verano) se producen cambios en nuestro organismo, como pueden ser:

  • Aumento de peso
  • Disminución de la resistencia al ejercicio
  • Pequeñas atrofias musculares
  • Disminución del tono muscular
  • Pérdida de flexibilidad
Cuando una persona está acostumbrada a realizar ejercicio físico regularmente estos ceses de actividad afectan  a nuestro organismo. Por ello, previo a retomar la actividad normal que realizábamos antes debemos realizar unas sesiones de readaptación y la vuelta debe ser progresiva. 


Lo ideal es que nos remontemos al inicio de nuestra actividad física, a la intensidad con la que empezamos a practicar deporte, aunque ahora los plazos de evolución serán mucho más cortos porque nuestro cuerpo no está como antes de comenzar por primera vez. 

Ante cualquier duda sobre qué rutina debemos adoptar al comenzar a realizar ejercicio tras un parón de varias semanas es recomendable acudir a tu fisioterapeuta para que sea él o ella quien te indique las pautas a seguir. También ante cualquier molestia durante la fase de vuelta al ejercicio es fundamental visitar al fisio, para que éste evalúe si existe algún tipo de lesión incipiente, evitando que se agrave y nos dé problemas cuando la actividad física sea de intensidad normal.

Ya sabéis, prevenir es curar. Que las lesiones no amarguen la "vuelta al cole" de tu cuerpo.