¡Hola a tod@s!
Tal y como ya os adelanté cuando hablamos de las contracturas y las roturas fibrilares, en este post vamos a tratar la que es, sin duda, la antesala de las lesiones anteriores: la sobrecarga muscular.
¿Qué es una sobrecarga?
Muy sencillo: la sobrecarga es el aumento de tensión de un músculo, lo que conlleva a que no tenga su elasticidad habitual. Esto nos indica la fatiga del músculo en cuestión, es decir, que está sometido a más actividad de la habitual o que estamos realizando algún "uso" incorrecto del mismo.
La sobrecarga es el paso previo a una posible lesión, como una contractura, rotura fibrilar, etc. El organismo, en este caso el grupo muscular en cuestión, nos avisa de que no está en condiciones idóneas y es conveniente relajarlo para que vuelva a su estado óptimo.
¿Por qué se produce?
Las causas por las que el músculo se sobrecarga pueden ser muy diversas. Las más habituales son:
- Actividad diaria (trabajo, hogar, niños...)
- Práctica de deporte, cuando no estamos acostumbrados a ello, o si lo estamos, por un sobreesfuerzo mayor al habitual (por ejemplo, no trabajamos igual ante un partido amistoso que ante un campeonato)
- Tras una lesión mal curada, cuando no ha habido una recuperación completa y volvemos a la actividad habitual o a aquella que produjo el problema.
Es importante recalcar llegados a este punto que la sobrecarga no es lo mismo que "tener agujetas". El dolor es similar pero el origen es diferente. Las agujetas se producen siempre a consecuencia de la realización de ejercicio o esfuerzo físico, mientras que la sobrecarga puede aparecer por estas causas pero también con la actividad habitual o las posturas de la vida diaria.
¿Qué síntomas notamos?
El paciente suele apreciar la zona sobrecargada con mucha dureza al tacto y a la presión pero, a diferencia de la contractura (en la que se nota lo que muchos refieren como "bolita"), en estos casos el dolor se extiende como una banda tensa a lo largo de toda la zona.
- Dolor
- Limitación de la movilidad
- En ocasiones, sensación de quemazón por una alteración de la circulación a consecuencia de la sobrecarga
- Atrofia muscular, derivada de la pérdida de masa de la parte afectada
¿Cómo actuar ante una sobrecarga?
Los masajes manuales y con estiramientos, unidos a terapias complementarias son las fórmulas para poner de nuevo el músculo en forma. Sin embargo, estableceremos dos pautas a seguir, dependiendo de las circunstancias del paciente:
- Si la sobrecarga llega tras una lesión previa, los esfuerzos se centrarán en recuperar completamente la parte afectada antes de reiniciar la actividad, para poder hacerlo en plenas factulades.
- Si no hay lesión previa, con los tratamientos que hemos indicado al comienzo del párrafo calentaremos y estiraremos el músculo con tendencia a la sobrecarga.
¿Cómo se pueden prevenir?
- Evitando posturas incómodas, en las que algún músculo esté en tensión
- Trabajando en un ambiente cómodo, con una higiene postural saludable
- Realizando actividad física en condiciones adecuadas:
- El equipamiento, y especialmente el calzado, es fundamental que sea el correcto a la hora de realizar deporte
- El terreno en el que practiquemos la actividad, sea del tipo que sea, debe ser adecuado a la misma.
Espero que este post os sirva de ayuda para prevenir y cuidar un poco mejor vuestro organismo.
¡Hasta el próximo post!